La Oración de la Duda

@KaremBarratt

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Espíritu, hay días en que dudo, en que filosofo sobre tu cercanía hacia mi o la mía hacia ti. Días en que veo al mundo y no te encuentro en ninguna parte. Días que me canso de tu tiempo perfecto. Días en que no puedo con tanta injusticia y dolor, aquí y allá y en todas partes. Días que creo que fuiste un sueño, una ilusión universal tan linda que nadie quiere soltarla y aceptar la realidad.

Mas la verdad verdadera, es que en estos momentos tengo que dar un paso atrás: que yo y miss problemas somos pulgas en el gran esquema de la vida. Así que, con mis dudas y mi filosofía, si estas ahí, si escuchas, te pido desde todo lo bueno que existe en mí y la inocencia que alguna vez habitó en mi corazón, que protejas a esas criaturas de escudos de madera enfrentándose a la injusticia, en esta guerra desigual, donde un lado pone las armas y el otro  pone la carne.

No aspiro grandes milagros, ni tropas de ángeles. Solo una tanqueta con un caucho espichado. O mejor, un humano debajo de un uniforme al que le toques el corazón y se sobreponga al miedo, a los falsos ideales y salte hacia sus hermanos, en un abrazo y no un con un puño cerrado. Te pido que se abran corazones y cesen las traiciones. Te pido el milagro de la honradez sobre la codicia de poder personal. Que se calmen las aguas de corazones atormentados, de lado y lado. Te pido un chancecito para la paz.

Porque a pesar de mis dudas y mi cansancio y la neblina a veces de mi mente, una parte de mi sabe que escuchas. Que trabajas de forma diferentes a lo que dicen los libros y las películas. Que más que trueno eres como hormiguita, cavando, cavando, llevando, llevando, creando, creando milagros pequeños en las almas que se traducen en acciones de agua, de fuego, de semillas, de árboles y jardines que no verán los que los sembraron, pero en donde jugaran sus nietos. Y yo sé que tú sabes y tú sabes que yo no entiendo, y ambos sabemos que tú puedes crear bosques en desiertos, a través de mis manos, y las de ellas y las de ellos, de todos de los que, a pesar de la sospecha y las diferencias, están dispuestos a trabajar por la vida. Muévete Espíritu, entonces, en esos corazones y protege a esos guerreros que hoy buscan salvar lo que quizás alguna vez dimos por sentado y no supimos apreciar: la libertad

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